Existe otra posibilidad para el individuo, la familia, la sociedad.
En otra parte de estos escritos nos hemos referido a las condiciones de la salud, a que sólo las personas sanas son justas, felices y libres. Y la SALUD viene de SAL -que es uno de los dos componentes fundamentales de la Macrobiótica como tal- que determina tanto la longevidad física humana , en la proporción de 5 a 1 con el Potasio/K , como la larga noche de las 9 lunas en el mar amniótico de la embriogénesis hasta el nacimiento del bebé y, consecuentemente, en la insustituible leche de madre que da sentido al ideograma antes citado. Porque la mezcla de determinados cereales que se conoce como KOKOH es similar en tenor por su componente de Sodio(Na ) / Yang
-equivalente a los componentes de la sal marina-. Y esto a su vez se corresponde con el agua de mar: muchas de las especies de peces de mar tienen una vida que supera los 800 años. También el mundo ictícola está bajo estos principios universales.
De la misma manera que el Señor Jesucristo dijo “Vosotros sois la sal de la tierra”(Mat 5:13). Porque de esta palabra, de este lenguaje, de SAL proviene SALUD y de ésta SANTIDAD y SALVACION.
Y del equilibrio de la sal en el organismo y su metabolismo, la longevidad de la Vida Grande. Las referencias bíblicas al respecto dicen que Matusalén vivió 969 años y sobre otros longevos como Adán, Noé, Set, Enos. Abraham incluso fue padre a los 98 años.
Después de estas referencias bíblicas, Cayo Plinio Cecilio II –más conocido como Plinio el viejo-, un científico en tiempos del imperio romano, nacido en el año 23 d.C en su gran obra “Naturalis Historia” -que contiene importantes conocimientos sobre medicina, botánica y especialmente mineralogía- con la frase “Cum grano salis”(Con un grano de sal) se refirió -además de que la sal fue medio de pago, (una especie de moneda) y que de “sal” deriva “salario”- al poder antibiótico y contraveneno de la sal. Ésta como antídoto contra los venenos. Recordemos, por ejemplo, cómo fue asesinado Sócrates...
Por otra parte, el poeta K. Gilbran dijo: “Debe haber algo extrañamente sagrado en la sal. Está en nuestras lágrimas y en el mar”.
Ahora bien, también está la otra sal que hace llorar de dolor, que no es precisamente la sagrada sino la sal del miedo: que es el cloruro de sodio o sal refinada, o sea, la sal comúnmente llamada “sal de mesa”. Esta sal refinada mata como mata el azúcar, lentamente. Y daña y destruye la generación de salud.
Esta sal del miedo, que se usa indiscriminadamente, es parte de uno de los más grandes negocios del mundo que comercializa químicamente a alto precio –salario del miedo- las ganancias de la sociedad de consumo.
La sal marina es también el componente químico- anímico de la alegría. Esta sal contiene todos los minerales , entre los cuales citamos algunos de los más conocidos: nitrógeno, sodio, carbono, magnesio, potasio, hierro, fósforo, flúor, manganeso, yodo, etc, etc.
El mar es el gran purificador de nuestro planeta donde desaguan los ríos –hoy cargados con las terribles impurezas y los venenos de los desagües urbanos. Ya nos hemos referido a las toneladas de alimentos y bebidas que los hombres y las mujeres consumen y a su eliminación vía orina - fecal a los que se le agregan los residuos domiciliarios que generan, por ejemplo en la ciudad de Rosario, aproximadamente 700 toneladas por día.
Esto afecta de diversas maneras al sistema ecológico urbano y complica la convivencia social. Basta pensar que ningún animal -bicho, insecto, alimaña, etc- produce tanta basura. Más aún, no son por ejemplo las hormigas o las moscas ni los mosquitos los que producen basura sino que ...es la basura la que los atrae.
De la misma manera que, en el cuerpo humano, los desequilibrios del patrón de salud atraen cuanto tipo de microbio existe y cultiva los gérmenes saprofitos –inocuos y absolutamente necesarios en la vida- en patógenos -cultivados y estimulados por la presencia química de la sal de mesa ( refinada, cloruro de sodio) y el azúcar (refinada, que es la sacarosa).
Para la generación de salud, el uso de la sal marina estimula la circulación sanguínea, mejora el sistema respiratorio, riñones y vías urinarias. Es antibiótica y bactericida. Antialérgica. Disminuye los ácidos tóxicos y la acidez gástrica. Previene las afecciones cardíacas y fortalece el corazón y el sistema neuromuscular.