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Depósito Nº 5210703 “Proyecto Social UBASO-Nuevas Ciudades- Argentina”
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3-5. Maltus y el poder de la ideología globalizada. La regulación de la superpoblación





Para los intereses y el poder de la ideología anglosajona globalizada, desde las previsiones o pronósticos de  Mathus,  la superpoblación era el peor peligro en el planeta. La ideología del achicamiento del estado, de no ingerencia se condice con la libre empresa y librecomercio. El caso del ALCA  ( Área de Libre Comercio de las Américas)  ejemplifica  estas tendencias que le abre al poder internacional  la posibilidad de apropiarse de todo lo que necesiten  (recursos naturales, alimentación, energía, minería, etc) .
Esta ideología se afirma en el individualismo  y llega a considerar que hay una especie de regulación  en la que la superpoblación puede llegar a ser disminuida por epidemias, enfermedades infectocontagiosas. Recordamos que se dijo que el sida se contagió por microbios que se escaparon del algún laboratorio y, de hecho, existen también las armas bactereológicas.
Así que el hambre, las epidemias e incluso las guerras son toleradas como parte de los medios de compensación. Entonces sobreviven los más aptos y los otros –los esclavos de la ineptitud- perecerán.
Dentro de esta perspectiva entrevemos  que está la proliferación de la drogadicción y la por momentos increíble desidia y permisividad de su crecimiento.  Pero está claro que el achicamiento del estado y  la reducción de los deberes de funcionario público “dejan hacer, dejan pasar”, son “tolerantes” incluso con la apología y los intentos de la despenalización –caso de la marihuana-. Además de los distintos sucesos en los que se manifiesta la inseguridad pública.  
Por supuesto que de acuerdo a lo dicho en “Vida Grande I y II”  ni las fuerzas de seguridad  -la policía como tal es auxiliar de la justicia-,  ni cualquier forma de represión ni la misma acción de un gobierno que salga del achicamiento del estado, cumpla con los deberes de funcionario público  e intervenga... no tendrán éxito porque, como venimos diciendo,  de las primeras batallas de la tercer guerra mundial, algunas ya fueron libradas y ganadas. Y otras están en curso.
La relación entre las fuentes de alimento como nutrición humana, su producción y la cuestión de la energía para producirlos y transportarlos determinarán qué parte de la población mundial está destinada a desaparecer.  Esto explica Afganistán, la guerra de Irak. La aparición de nuevas fuentes de energía y la prescindencia de las actuales disponibles y no renovables son otras tantas estrategias del patrón economicista  y sus más de 300 años de existencia.
De hecho, los más libres tienen mejores oportunidades  de aptitud mientras que los otros  -los más dependientes y masificados por el mercado de consumo-  están en las situaciones más difíciles. Aquí entre nosotros estamos asistiendo al creciente enfrentamiento de pobres contra pobres. La tendencia es transferir los conflictos sociales a la justicia para evitar las decisiones políticas corrspondientes.
Advertimos que, para nosotros –según estamos viendo con los testimonios de la “Vida Grande I y II”- el término no es “apto” para sobrevivir sino que se trata para nosotros de “adaptabilidad”  -que no implica, como en la definición anterior, la selección de los más aptos por el poder según la capacidad de armas destructivas o de otro tipo de recursos con el fin de neutralizar, eliminar, destruir-.  Esta es la salida del sistema, por la violencia.
Para nosotros en cambio,  ni siquiera se plantea la salida del sistema –que ofrece modificaciones y cambios dentro de sus opciones y reciclamientos-. Para nosotros, la “adaptabilidad” es para transformarnos  -no sólo es para sobrevivir sino para existir y ser-.  Y está en la economía de las energías humanas  y la gestación de la paz.   Por lo tanto es de suma importancia  la alimentación social.
Sólo de esta manera y únicamente a partir de lo que llamamos autogeneración de salud y de las energías de la vida será posible –como decía el viejo Heráclito- “el orden real que coincide con el orden de la razón”  donde  “el principio del fuego – movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo-  se fundamenta en una estructura de contrarios”. Esta cita concuerda con lo que llamamos Dialéctica Monista Polarizable, o sea que el “otro” y  la “otra”  -desde los poderes hasta lo menos relevante-  no son considerados adversarios y enemigos como ocurre  en el individualismo, en los ismos o las sectas.
Para nosotros se trata de “opuestos y complementarios”. La visión es distinta, también la perspectiva porque no deriva de una ideología de pensamientos o ideas fragmentarias sino que se libera de todas ellas y se sintetiza –por lo tanto no es  antítesis- en lo social y, por lo mismo, en el movimiento universal. Aquello que fue “ pueblo en armas “contra el frente imperialista, sus naves, sus ejércitos invasores desde Santiago de Liniers a la Vuelta de Obligado, en la actualidad  -de acuerdo a la característica de la crisis que para el sistema es una forma de predominio- hoy se trata de “el pueblo en paz” y esta paz es la acción de energías universales. Su fuerza es irresistible y la actualización de esta fuerza determinante –para n el futuro – está una vez más en el pueblo –en todo hombre, mujer, joven, anciano, niño-, en los componentes de lo que llamamos “Síntesis Social”
En nuestro país, no sólo se ha perdido más del 60% de las empresas de origen argentino sino que además se está limitando gravemente los verdaderos  recursos sustentables, que son los alimentos del pueblo argentino –de todos los argentinos-.. Y, más aún, se está permitiendo tanto la deforestación como el uso intensivo incontrolable de los agroquímicos.

Ya para  Heráclito  -aquel viejo y sabio griego-“la guerra es el padre de todas las cosas” y, en la modernidad, la conocida frase que expresamos libremente siguiendo a Heráclito es que la continuidad de esta guerra en el mundo actual ejerce su poder destructivo por otros medios. -éstos pueden ser la falsificación de la democracia, la fragmentación política, la inseguridad pública, la judicialización social, la sojización y la siembra intensiva química transgénica  que, ya entre nosotros, hizo acuñar  la terrible frase  de “Pueblos Fumigados” -Ver “Vida Grande II” ...la que puso en claro que existe un arma cuyos efectos son visibles y es la contaminación agroquímica y los riesgos en la población de enfermedad, mutilación y muerte. Es esta contaminación letal por razones de mayor ganancia.  La segunda falacia y mentira es que se presenta a la siembra intensiva química transgénica como la que aportará y eventualmente solucionará la creciente demanda mundial de alimentos. Un simple ejemplo lo aclara todo: una hectárea de este tipo de siembra química o de cría de ganado o de cualquier otro producto comestible produce seis veces menos que la siembra biológica y orgánica... .
La Revista norteamericana Vanity Fair denuncia a la emblemática multinacional Monsanto –de origen norteamericano- y a un “ejército en las sombras” que utiliza  a investigadores, profesionales, productores, distribuidores, cooperativas, a las escuelas de negocios, universidades, periodistas, etc. También lo llama “policía genética”, que a la vez mantiene en Argentina un pleito por el reclamo de pago que Monsanto hace por la patente que monopoliza el uso de sus semilleros químicos transgénicos. Además de la influencia de esta multinacional sobre funcionarios de organismos del Estado.

Desde 1945, bajo la eufemística “coexistencia pacífica”, Norteamérica impulsó el uso masivo de cuanta sustancia química fuera necesaria no sólo como agroquímico o para alimento en cría de animales y aves sino especialmente para la agricultura y la industria láctea. Y, muy especialmente  más de dos mil de ellos (de los químicos) usados en las poderosísimas industrias que elaboran alimentos y bebidas.
Repetimos: en su propio territorio, Norteamérica a la vez que permite la siembra intensiva de transgénicos, apoya por otra parte la agricultura orgánica.

Decimos  también en “La Vida Grande  I”  que millones  de norteamericanos vienen dejando de lado y rechazando los alimentos contaminados que se venden en el mercado de consumo. Se calcula que un millón por año.
Vale decir aquí que diferenciamos al gobierno del Estado y, a su vez, al pueblo o a la sociedad del gobierno.
El pueblo argentino o el pueblo inglés o el norteamericano, francés o chino, etc.  En estas cuestiones no son precisamente los pueblos quienes toman las decisiones políticas ni constituyen las grandes y poderosas corporaciones ni las empresas multinacionales ni tienen el poder de los laboratorios, etc. Tampoco la fuerza militar.
Los pueblos tienen el poder de la demanda y el derecho inalienable de cuidar su propia vida. Esto, como veníamos diciendo, está en la posibilidad de todo hombre, mujer, joven, anciano y niño. (Ver “Vida Grande I y II”).

Por otra parte, nos hemos referido a distintas culturas y civilizaciones y hemos visto que los  alimentos que consumían los sectores del poder (reyes, emperadores, nobles, políticos, etc)  no eran compartidos con el pueblo. Se diferenciaban por el tipo de comida..Y el pueblo tampoco tenía posibilidad de acceder .

Síntesis Social  es también ver la realidad, las particularidades, las distintas cuestiones específicas con la mayor amplitud posible, sobre la base comparativa de lo que llamamos “economía de las energías humanas”.



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